El hígado graso, o esteatosis hepática, es
una acumulación excesiva de grasa en el hígado, que puede ser no
alcohólica (EHGNA) o por alcohol. La EHGNA, asociada al sobrepeso,
diabetes y colesterol alto, es la forma más común y a menudo asintomática,
aunque puede progresar a daño hepático grave como cirrosis o cáncer. El
tratamiento se enfoca en la causa subyacente, como la pérdida de peso, dieta
saludable, ejercicio y abstinencia de alcohol, ya que no hay un medicamento
específico para curarla.
1.
Gestiona la diabetes. Se deben
seguir los consejos de un profesional médico para gestionar la diabetes.
"Toma los medicamentos según lo indicado por el equipo de atención médica
y vigila los niveles de azúcar en la sangre atentamente", añadieron.
2.
Baja los niveles de colesterol y la presión arterial. Mejora tus niveles de colesterol y la presión
arterial si están elevados. Una dieta saludable, hacer ejercicio y tomar los
medicamentos pueden ayudar a mantener el colesterol, los triglicéridos y la
presión arterial en niveles saludables.
3.
Protege tu hígado. Evita
alimentos y bebidas que podrían perjudicar la salud de tu hígado. Por ejemplo,
no consumas bebidas alcohólicas. Toma todos los medicamentos y fármacos de
venta libre según las instrucciones correspondientes.
El
Instituto de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de
EE. UU. (NIDDK, sigla en inglés) señaló oficialmente que es posible que
pueda prevenir estas afecciones del hígado graso si lleva una dieta saludable,
limita el tamaño de las porciones y mantiene un peso saludable. En esta línea,
determinó que no se debe comer alimentos y bebidas que contengan
grandes cantidades de azúcares simples, especialmente fructosa. La fructosa se
encuentra en los refrescos endulzados, bebidas deportivas, té endulzado y
jugos.
El
azúcar de mesa, conocida como sacarosa, se convierte rápidamente en glucosa y
fructosa durante la digestión y, por lo tanto, es una fuente importante de
fructosa. Además, si la persona tiene esta condición, debe minimizar el consumo
de alcohol, que puede dañar aún más el hígado.
El hígado graso puede estar asociado a una PANCREATITIS
AGUDA, que es una inflamación repentina y temporal del
páncreas, un órgano crucial para la digestión y la producción de
insulina. Sus causas más comunes son los cálculos biliares y el consumo
excesivo de alcohol. Los síntomas incluyen dolor abdominal intenso,
náuseas, vómitos y fiebre. El tratamiento, que suele requerir
hospitalización, incluye líquidos intravenosos, analgésicos y soporte
nutricional,
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