Por AMYLKAR ACOSTA MEDINA- www.amylkaracosta.net - Miembro
de Número de la ACCE
Vamos a
“reactivar el suministro de gas desde Venezuela”, ha dicho el Ministro de Minas
y Energía Edwin Palma, cuando desde allá Colombia no ha recibido una sola
molécula de gas, no se puede reactivar lo que nunca ha estado activo. Colombia
cumplió su parte y durante 7 años (2008-2015), más allá de lo
pactado, le suministro a Venezuela, en promedio 150 MMPCD.
Bueno es
recordar que Venezuela nunca cumplió con su parte, que le obligaba a
corresponder proporcionándole a Colombia el mismo volumen a partir de
2011. Así quedó consignado en el contrato que firmaron Chaves y
Uribe en mayo de 2007, dándole vida al gasoducto Transcaribeño Antonio Ricaute,
que une a La Guajira con el Estado Zulia. Venezuela nos puso conejo!
Además de los
“retos técnicos, jurídicos y económicos, y en eso estamos concentrando la
gestión pública”, que, según el Ministro Palma, al afirmar que “no es un camino
sencillo, pero estamos avanzando”, están de por medio las sanciones impuestas
por los EEUU a Venezuela y solo con la aquiescencia de la Oficina de control de
activos extranjeros (OFAC), que depende del Departamento del Tesoro de los
EEUU, que complican la viabilidad de cualquier acuerdo para reactivar el
contrato incumplido, que está vigente hasta el 2027, se podrá avanzar en dicho
propósito. A no ser que el Presidente Petro quiera desafiar al altanero de
Trump, exponiendo al país a las mismas represalias arancelarias (25%) que les
está aplicando a los países que le compren petróleo o gas a la dictadura de
Nicolás Maduro. Le saldría a Colombia más caro el caldo que los huevos!
Ante la
afirmación del Ministro Palma de que se ha impuesto “el reto de traer la
primera molécula de gas desde Venezuela antes de terminar el año”, cabe
preguntarse qué ha cambiado desde agosto del año pasado, cuando el ex ministro
Andrés Camacho aseguró ante el Congreso de la República que “ni política, ni
financiera o técnicamente vamos a poder importar gas desde Venezuela”. Dicho
sea de paso. ECOPETROL le solicitó a la OFAC su autorización para importar gas desde
Venezuela en noviembre de 2022 y sólo ha recibido la callada por respuesta.
No es previsible
que en el corto plazo Venezuela pueda disponer de la infraestructura necesaria
para transportar el gas desde el oriente de su territorio, que es donde están
sus mayores reservas de gas natural, en la Perla, que se estiman en 9TPC, casi
4 veces las reservas probadas de Colombia, en un campo operado por Repsol y
Eni, hasta empalmar con el desastrado gasoducto Antonio Ricaute en el Estado
Zulia, que toca rehabilitar, lo cual demanda una cuantiosa inversión que la
quebrada PDVSA no está en condiciones de asumir. A ello se ha venido a sumar el
endurecimiento de las sanciones de los EEUU a Venezuela.
Este paso, en
falso a mi juicio, según el Ministro Palma será “decisivo para romper con los
monopolios y garantizar energía justa”, sin reparar en el hecho de que, si
algún monopolio en materia de gas en el país quien lo ejerce es ECOPETROL,
liderando la producción nacional, con el 72%, posee el 90% de las reservas probadas
del país y es a la vez el segundo mayor consumidor, después de la industria, en
sus refinerías acaparando más de 150 MMPCD.
Por lo demás, la
Presidenta de la Junta directiva de ECOPETROL Mónica de Greiff ha sido
categórica al afirmar en forma tajante que “nunca va a llegar gas de
Venezuela a Colombia”. Lo descartó en forma terminante. Según ella,
“ECOPETROL no puede importar gas de una compañía pública de Venezuela por las
sanciones que le impondría Estados Unidos a ECOPETROL”.
Interrogado por
esta circunstancia, el Ministro Palma le salió al paso a las declaraciones de
Mónica aseverando y asegurando olímpicamente que “ECOPETROL, aunque nuestra
principal empresa, es un agente más, para traer gas de Venezuela no
se necesita a ECOPETROL”. Esta si es ya la tapa, el Gobierno no cuenta con
otra empresa distinta a esta, con el músculo financiero y la logística
requeridos para dicha importación, por lo que se tendría que recurrir a la tan
denostada empresa privada.
Cabe resaltar
que esta posición del Ministro Palma va a contrapelo de la orden impartida por
parte del propio Presidente Gustavo Petro, quien en desarrollo de un Consejo de
ministros transmitido en directo reprendió y le llamó la atención, jalándole la
oreja, al Presidente de ECOPETROL Ricardo Roa en los siguientes términos:
“hermano no entiendo por qué ECOPETROL no está importando gas.
El simple hecho
que ECOPETROL no importa gas como sí importa gasolina está generando
este negociado con los colombianos”, aludiendo a la importación de gas por los
privados, Y fue más lejos el Presidente Petro al sentenciar: “la orden
que yo le doy al Ministro de Minas es que mire a ver qué pasa en ECOPETROL
y por qué no importa el gas y compite. Competencia, dice el capitalismo”.
En medio de esta
cortina de humo, insistiendo en el embeleco de importar gas desde Venezuela y
los desvaríos de la política energética que pone de manifiesto, queda flotando
en el ambiente la pregunta: si no es ECOPETROL quien importaría el gas desde
Venezuela, quién lo haría. De hecho ECOPETROL hace rato tomó la decisión, a
través de su Junta directiva, de contratar la regasificación de gas en el
Pacífico, para lo cual firmó el primer contrato de regasificación con la
empresa PIO SAS (Puertos, Inversiones y Obras S.A.S), con una capacidad de 60
MMPCD, la cual entraría en operación en el segundo trimestre del año entrante.
Aspira, además, siguiendo las instrucciones del Presidente Petro, a tener su
propia planta regasificadora en La Guajira, aprovechando las facilidades que
ofrecen las dos plataformas del campo Chuchupa y la estación de Ballena, desde
donde parte el gasoducto que opera actualmente y que transporta el gas hasta
Barrancabermeja, con una capacidad de 300 MMPCD, aproximadamente.
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