lunes, 7 de julio de 2025

Check-in Caribe: CÓMO MANGA PERDIÓ UNA CALLE

 


Texto: VICENTE ARCIERI - Chec-In caribe

La historia de cómo se sustrajo del barrio un área que cambió de dueño y que está frente de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena, SPRC

 

 

Parece que la historia de cómo el barrio de Manga perdió una de sus calles y una amplia zona de uso público ha sido borrada de la memoria colectiva. Estas áreas fueron a dar a la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena (SPRC), que se apropió de este espacio y lo bautizó, irónicamente, ‘El Bolsillo’.

 

Fue una jugada maestra hecha en la década de los años 90 y durante la alcaldía de Guillermo Paniza (1995-1997). Para hacerlo, todo parece que estuvo fríamente calculado.

 

La presencia de Clímaco Silva en el gabinete de Paniza alimenta las versiones extraoficiales de que éste fue parte importante en la ejecución de la ‘jugadita’ que le permitió a la SPRC hacerse de lo que era la calle 28 (29) y un área del frente de esa empresa.

 

Silva fue nombrado secretario de Planeación por Paniza, el alcalde que conformó su gabinete con yuppies de la sociedad cartagenera, empresarios, hijos de familias tradicionales y personas sin el sello politiquero de los entonces poderosos clanes de los García Romero y los Faciolince.

 

En los círculos políticos de la época se dio por descontado de que Silva, quien era director de cruceros de la SPRC, obtuvo la bendición del capitán Salas para ir al cargo que le ofreció el entonces alcalde.

Silva era como la mano derecha de Salas y muchos lo veían como su sucesor.

 

Pero después el discípulo del Capitán retirado pareció haber caído en desgracia por haber participado en una supuesta conspiración perpetrada para, según las malas lenguas de aquellos días, tumbar a Salas del trono. Aquello le habría costado la cabeza al otrora consentido de Salas.

Pero antes de este episodio que corrió como pólvora por la ciudad, Clímaco Silva habría sido un subalterno obediente de Salas y como estaba en el gabinete de Paniza se le atribuye el hecho de favorecer a la empresa de dónde provino, embolsillándole la calle de Manga en mención. De hecho, Silva estuvo en el gobierno de Paniza y, al salir, regresó a su casa portuaria.

 

Lo que se cree, pero no hay pruebas de esto, es que Silva habría oficiado de lobista al interior de la administración Paniza (quien al parecer se hizo el de la vista gorda en el caso de la calle de Manga) y el cerebro de la ‘jugadita’ para que los mangueros perdieran un tramo importante de la calle.

 

Todo, en papeles, se hizo bajo un manto de supuesta legalidad. Es decir, la sustracción de la calle quedó legalmente tramitada y pasó a la empresa de puertos. Esgrimieron argumentos basados en normas y sustentaron la apropiación de esta área que de inmediato fue encerrada.

 

Es por eso que hoy quienes transitan por esta importante calle que sirve de salida desde Manga hacia el corredor de El Bosque tienen que hacer, literalmente, una curva pronunciada.

 

“Eso antes era una calle recta y uno pasaba por el antiguo hospital de Manga y por el puro frente del puerto. Pero ahora, con la paredilla que levantaron los de la Sociedad Portuaria, el barrio quedó prácticamente encerrado”, dijo un habitante histórico de Manga.

 

En Google, por más que un internauta lo intente, no logra acceder a archivos de esta historia de la calle y la zona que perdió esta comunidad. Nada parece estar escrito como evidencia de aquel zarpazo que hoy pocos recuerdan.

 

Esta es la historia de la calle que le sacaron del bolsillo a Manga y a la ciudad.

 








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