El preaviso de que
4.000 cargos en la Fiscalía saldrían al mercado para dar paso a empleados que
llegarán por concurso se convirtió en una lotería que ningún funcionario quiso
comprar. La incertidumbre provocó falsos divorcios, embarazos exprés y extrañas
paternidades. Esta es la historia de los engaños de funcionarios del ente
acusador para atornillarse en los cargos.
“En nueve meses verán una asonada de licencias de maternidad”,
advirtieron los funcionarios de la Fiscalía en los pasillos del búnker de
Bogotá.
La profética
gestación en masa es ahora una investigación en la Comisión de Disciplina
Judicial y está acompañada por denuncias que llegaron a la Dirección Ejecutiva
de la Fiscalía
El temor a ser
despedidos motivó una sarta de mentiras y falsedades firmadas por funcionarios
de la Fiscalía de todos los niveles. De la noche a la mañana hubo falsos
divorcios, embarazos “de última hora” y paternidades raras para mantenerse en
los cargos. Todos querían ser padres o madres cabeza de hogar y así asegurar su
permanencia en la entidad.
Cuando la
Fiscalía, en la administración de LUZ ADRIANA CAMARGO, lanzó un concurso de
carrera para suplir 4.000 cargos, hubo aplausos. Sin embargo, lo que no se
imaginaron en la misma entidad es que esos cargos saldrían de los que
actualmente están ocupados por funcionarios en provisionalidad.
Con el concurso de
carrera en marcha, la Fiscalía redactó una circular, la 0030 del 3 de
septiembre de 2024, con el objetivo de excluir los cargos y funcionarios del
listado de vacantes que saldrían del concurso. Allí se fijaron las condiciones
para “proteger” a los funcionarios con enfermedades, discapacidad o
prepensionados. En ese listado también se incluyeron a padres o madres cabeza
de hogar. Y ahí fue la de Troya.
Los funcionarios
que consideraban estar en esas “medidas afirmativas”, de acuerdo con la
circular de la Fiscalía, y querían proteger sus cargos, debían soportar las
condiciones con declaraciones notariales, registros civiles, certificados de
discapacidad o incluso actas de defunción. Muchos dieron fe, juraron y firmaron
mentiras en notarías. Se convirtieron en padres o madres cabeza de hogar de un
plumazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario