Por KIKE SALGADO
Los periodistas deportivos de Cartagena, algunos
que verdaderamente entendemos el juego y sabemos lo que representa y significa
el fútbol profesional para una ciudad, estamos realmente preocupados por la
situación que año tras año y al final de cada torneo se presenta en el onceno
auriverde, con algunos mal llamados directivos que a mi modo de ver, no son más
que los nuevos Corsarios y Piratas que todavía hoy saquean a Cartagena.
Esto
que les he manifestado personalmente FRENTE A FRENTE en las mismas
reuniones de prensa a las que me han invitado. La situación se ha repetido una
y otra vez , siempre con falsas promesas y vanas ilusiones que emocionan a la
hinchada, cuál encantador de serpientes en las calles de la India.
Anunciando
y trayendo algunos jugadores tal vez con un pasado brillante, pero que su
presente no es el mejor, lo que ha dado al traste con la aspiración del ascenso
a la primera división; dejando siempre frustrada a la hinchada y desilusionados
a los gobernantes de la ciudad y el departamento quiénes han visto el
patrocinio al equipo como una inversión social en el deporte, y por eso han
colocado todo el apoyo económico para llevar el equipo a la primera división.
Los
directivos del Real Cartagena se han aprovechado de la voluntad de nuestros
gobernantes y han convertido el onceno en el negocio de una familia que se vino
a vivir sabroso en Cartagena, cual familia de mafiosos.
Sería importante acordar entre ellos, que los
recursos económicos aportados por el distrito y el departamento al Real
Cartagena se convirtieran en acciones del pueblo; dueño de ésos recursos y
además exigirle a los directivos la presentación de un informe completo y serio
de la situación del equipo del que no sabemos la mayoría ni siquiera quiénes
conforman la junta directiva.
Llegó la hora de establecer un proceso serio,
con un equipo propio para acabar con la farsa de los directivos de este equipo,
porque los gobernantes hace rato le están aportando absolutamente todo y ellos
nos tienen sumidos en el fracaso, porque Real Cartagena es un barco sin brújula
que no se sabe para donde va, pero las ganancias por patrocinios y otros
perendengues, van a parar a los bolsillos de sus directivos.
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